Tuesday, April 27, 2010

Mi ñañita bonita! Te quiero un mundo!






LA MEJOR HERMANA DEL MUNDO!!!!

Sute: Donde el amarillo del suelo conoce el azul del cielo


Así se llama mi lugar feliz. La casita tiene un techo rojo hecho de cerámica con huequitos donde entra la lluvia. Las rocas de las paredes no están perfectas. Todas son de un plomo oscuro por el viento que siempre viene desde las montañas. Nadie vive aquí en esta casita. El papá de mi amado la usa para guardar su cosecha de trigo. El trigo. El trigo es mi favorito, brilla con un amarillo más fuerte que el sol. Amarillo me parece una palabra equivocada porque es un color que vale más que una simple palabra como amarillo. La mejor palabra sería oro. El trigo es el color de oro. Las lomas de oro se mezclan con café en la distancia, cuando se acercan a las montañas. Las montañas parecen paredes moradas que protegen el campo. Pero son paredes tan altas que sólo se deja entrar el azul del cielo. El cielo es un azul imposible. Un cielo no puede estar tan vivo como cuando sale con este color tan fuerte. Es el mismo color que el mar tiene en el Caribe, cuando la arena de las playas es blanca y la luz del sol puede llegar hasta su fundo.
En este momento que capturé en mi dibujo, el trigo está burlándose del cielo. Entonces el cielo envía un viento para hacer bailar al trigo. El trigo se sorprende mucho de esta acción tan amable y comienza a saltar con felicidad. Después de poco pide perdón al cielo. El cielo se ríe porque sabe que la tierra aún es muy joven y todavía no ha aprendido todo lo que el cielo ya sabe. Por eso es muy fácil perdonar al trigo. El cielo ya conoce este día y ya sabe lo que va a pasar. No quiere que el trigo se ponga mal porque en pocos días se van de viaje en camionetas y no regresarán. El cielo ya me conoce también. Él sabe como hacerme sonreír. Me regaló ese día tan perfecto para ayudarme a olvidar que en pocos días yo también tengo que irme lejos pero que puedo irme con esta imagen. Encontré mi lugar feliz. Es un lugar real que no puedo olvidar nunca.

Los cuentos de hadas son para niñitos

Sentí frío. No podía ver muy bien durante el día en este bosque, por la cantidad y el tamaño de las hojas de los árboles. En ese momento, por la oscuridad, no fue posible ver nada. Por eso me senté sobre las raíces de un árbol especialmente grande para esperar la luz del día.
Este bosque es el más viejo en el país. Nadie sabe cuántos años tienen los árboles aquí, pero en la oscuridad se pueden escuchar sus conversaciones. No hay bichos, ni animales, ni otros humanos. Los únicos ruidos son los de las ramas y hojas sobre mi cabeza, moviéndose en la pequeña brisa que no baja hasta tocarme. Estaba solo y el silencio se sentía enorme.
Estaba perdido y sólo en el Bosque del Peligro. Ganó ese nombre porque nadie que entra ni sale. Nadie puede explicar este fenómeno, pero existen muchas historias sobre árboles que caminan y conversan entre ellos. No creía en estos cuentos de hadas, hechos para niños. Era muy adulto para creer en tonterías tan absurdas. Ahora deberías estar preguntándote ¿Cómo llegué aquí, cierto?
Bueno, no fue mi idea pasar por aquí. No fue mi idea venir a buscar aventuras. Estaba allí, en ese momento, por mi hermana. Mi hermana que hace unas horas se fue a buscar comida y no ha regresado. Ella es cinco años menor que yo y su cabeza siempre está volando por las nubes. Nosotros somos de la Casa de Intérprete. Ella escuchó la historia de los árboles mágicos y desde muy niña sabía que quería conocerlos. Todo el mundo le dijo que eran historias nada más, pero a ella no le importaba. Quería conocer a los árboles y aprender sus secretos. Por motivo de irse lo más pronto posible, se escapó durante la noche. La escuché saltar desde su ventana y la seguí. Después de poco, se dio cuenta de que yo estaba detrás de ella y se paró. Iba a gritar que era una idea tonta, que podría morir o que algo peor podría pasar, pero al mirar la esperanza y emoción irradiando de sus ojos, no pude decir nada. Me cogió la mano y salimos.
¡Gritos!, tan cerca que se me puso la piel de gallina en todo el cuerpo y mi corazón casi salió de mi pecho por latir con tanta fuerza. No podía moverme. Otra vez, otro grito. Parecía que venía desde las ramas sobre mi cabeza. Escuché algo moviéndose entre las hojas. Algo estaba bajando del tronco del árbol donde estaba sentado ¿Qué hago? ¿Debo tratar de correr aunque no pueda verme ni las manos en frente de la cara? Mi mente estaba corriendo con mis opciones. De repente no hice nada hasta que, lo que iba a venir, llegó. Los gritos cambiaron a risas ¡Desde las ramas salió mi hermana! Saltó sobre mi espalda abrazándome ¡Qué alivio! Antes de que pudiera decir algo, me cogió la mano otra vez y estaba volando. Podía sentir que estábamos subiendo más y más alto. Las hojas contra mi cara se sentían como gotas de agua fría pero ni una rama me tocó. En seguida volví la vista. La luna me dejaba ciego. Hemos subido hasta la parte superior del árbol más grande de todos. Las montañas brillaban a la luz de la luna y, al otro lado, las luces de nuestra casa eran visibles como un faro en mar de la oscuridad que nos atrapaba.
“¿Cómo volaste?”, le pregunté a mi hermana cuando mi voz volvió a ser mía.
Ella se rió y contestó: - “No volábamos, el árbol me cogió la mano y te cogí la mano. Así nos trajo aquí arriba.”
“¿Entonces, es verdad? ¿Los árboles de aquí sí pueden moverse?”
“¡Claro que sí! Nadie me creía, pero yo sí sabía la verdad. Me perdí en el bosque y cuando escuché una voz gruñendo, empecé a llorar. Me asusté porque no vi a nadie cerca y el bosque se estaba poniendo muy oscuro por la puesta del sol. Finalmente contesté y, ¿sabes qué encontré? Los árboles me estaban observando y querían ayudarme porque sus primos que viven cerca de nosotros les contaron de mí. Los niños nunca vienen aquí y a los árboles les encantan los niños ¡Quieren ayudarnos!” Ella estaba casi saltando con entusiasmo.
“¿Ayudarlos con qué?” ¡Tenía que preguntar!
“¡Les pedí llevarnos hasta la Tierra Encantada!”
“¿Qué? Pero queda tan lejos y debemos regresar pronto, no quieres preocupar a mamá.”
“Sólo tenemos que cruzar la Pradera del Desvío y las Montañas Deliciosas. Las piernas de los árboles son tan largas que puedan cruzar la Pradera del Desvío en diez u once pasos. ¡Entonces vamos!”
Antes de que pudiera contestar, el árbol dio su primer paso. La mitad del bosque volaba como una cortina oscura, mezclando todo a mi alrededor. Las montañas crecían un kilómetro cada vez que nuestro amigo levantaba su pie. El viento casi me hizo caer y, al rato, mis ojos estaban tan llenos de lágrimas que no podía ver nada. Siempre soñé con volar y es muy diferente de lo que imaginaba, es mucho mejor. Así es. Así sienten los pájaros. El viento les lleva donde quieren. En unos minutos paramos.
Saqué las lágrimas de mis ojos usando la manga de mi camiseta. Estábamos entre la gran Montaña del Error y el Monte de la Cautela. Podíamos ver el punto del Monte del Inocente en la distancia. No había estado en las montañas. En el bosque sentía que estábamos en una montaña cuando el árbol nos cogió, pero las montañas me hicieron sentir como una hormiga insignificante y nuestro árbol gigante parecía un juguete. “¡Más!” Grité tan emocionado que mi pecho casi no podía contener mi corazón.
Empezó a caminar otra vez. Cerré mis ojos y extendí mis brazos, uno cogiendo una rama, el otro lo usaba como ala. Estaba volando otra vez. No paramos esta vez sino que empezó a caminar más despacio. Escuché algunos gruñidos. Mi hermana me explicó que el árbol estaba saludando los árboles de la Tierra Encantada, sus hermanos viejos que no había visto por muchos años. El bosque frente a nosotros estaba moviéndose como si hubiese una brisa fuerte viniendo de todos lados, pero no sentí nada. Los árboles del bosque estaban moviendo sus ramas como nosotros para saludar a otros que estaban lejos usando la mano.
Atrás del bosque vi algunas torres y edificios altos. Todos blancos como las nubes. Sabía sin preguntar que era la Ciudad Celestial. Estaba volando entre las ramas de un árbol, quería seguir con mi sueño magnífico y entrar a la ciudad que parecía nubes, la ciudad que parecía el cielo. Nuestro árbol tenía otro plan. Empezaba a caminar muy rápidamente hasta las montañas otra vez. Tres árboles del bosque nos siguieron. Mis pies salieron de la rama grande por la fuerza del viento.
“¿Qué está pasando?”, grité a mi hermana.
“No estoy segura. Ellos hablaron de problemas entre la Ciudad Celestial y la Tierra Oscura. Una guerra. El árbol va a llevarnos hasta nuestra ciudad porque no estamos seguros aquí en este momento.”
Abrí mis ojos por unos segundos y nos encontrábamos entre las montañas otra vez. Fue un poco antes del amanecer y podía ver todo con más claridad. No podía localizarme, no conocía estas montañas. En unos segundos salimos y estábamos en una llanura inmensa y con el color de oro en el sol de la mañana. La Llanura de la Tranquilidad. No podía creerlo. Siempre escuché historias de estas tierras, pero no podía creer que estuviésemos allí y que yo estuviese viéndolo con mis propios ojos. Otras montañas, no tan grandes como las últimas estaban frente a nosotros. No eran púrpuras sino de un café oscuro. La velocidad creció en ese momento. Tenía que cerrar mis ojos por las lágrimas y el frío del viento, también porque realmente estaba volando. Tenía que coger una rama con ambas manos, con todo mi esfuerzo para no salir volando en el viento.
Paramos por última vez. Abrí mis ojos. Estábamos frente a nuestra casa. Las ramas que tenía en mis manos, me llevaron hasta el suelo. Fue difícil soltar las ramas por mis dedos congelados, pero se fueron de mis manos y mi hermana estaba a mi lado mirando hacía el cielo. En la luz, los árboles no parecían tan grandes ni especiales, hasta que los vi caminar hacia su bosque.
Cogí la mano de mi hermana. Sería nuestro secreto. Nos quedábamos allí, viendo el bosque en la distancia hasta que mamá nos gritó que era la hora de desayunar.
Miré a mi hermana, me sonreí y dije simplemente: - “Gracias. Nunca más dudaré.”

El camino a mi colegio

Cuando salimos de la puerta de mi casa, vamos a la izquierda. Vivimos en la calle Grijalva. La estación de la policía es nuestra vecina y hay una puerta donde las personas pueden visitar a los prisioneros. Esta puerta se encuentra al fin de un corredor muy sucio y siempre apestoso. Eso significa que hay días en que hay una gran cantidad de personas cuestionables merodeando afuera de esta puerta. El vecino de la estación policial es un pintor de carteles, entonces en frente de su puerta, siempre tiene un cartel grande con una variedad de opciones y diseños. Mis favoritos son las que estaban mal traducidos a inglés, porque yo sé que quería decir pero no estaba bien. Después de su puerta acaba nuestra manzana.
Tenemos que ir a la izquierda porque no podemos cruzar la calle aquí. Toda la manzana frente de nosotros es una iglesia, La Catedral, y un parque. A la izquierda hay unas cabinas para hacer llamadas. Cuando acaba la iglesia, podemos cruzar la calle y entrar en el parque. Todos los árboles del parque están pintados blancos desde el suelo hasta dos metros sobre el suelo. Me contaron que hacen eso para evitar ataques de bichos. En la central del parque siempre hay un hombre con caballitos pequeños de madera donde los padres pueden tomar fotos con sus hijos. Cruzamos el parque por un camino en diagonal. A la izquierda vemos la torre de reloj de la ciudad. Los ladrillos son rojos. Es el único edificio colorado que no es una iglesia en la ciudad.
Después de cruzar el parque, nos encontramos en la calle principal del centro, la calle Bolívar. Seguimos a la izquierda. A una cuadra y a la derecha pasamos por el restaurante La Casa Blanca que tiene las empanadas más ricas de la ciudad. Por las noches hay una mujercita que las hace en la puerta para venderlas a todos los jóvenes que salen y paran allí. Antes había una discoteca en la esquina, pero se mudó a otra parte de la ciudad. Por eso, todos los jóvenes se congregaban en esta esquina. Ahora siguen congregándose allí, pero sólo para tomar, fumar pipa y pasar tiempo antes de ir a otra discoteca que está cerca. Muchos también dan vueltas en sus carros y pasan por allí, entonces siempre hay mucha tráfica y gente en esta calle los fines de semana.
Podemos ir a la derecha aquí para llegar al colegio y pasar por los helados de maracayá más ricos que he probado y el almacén de la familia de mi amigo Arnaldo o si seguimos un cuadro más hay más lugares interesantes. Seguimos una cuadra más entonces hasta la calle Pedro Moncayo. Cruzamos la calle y a la esquina vamos por la derecha. Pasamos primero por el restaurante amarilla Polla a la Brisa. Venden pollo, papas fritas y cocinada y salchipapas allí. Cuando mi mamá no quería cocinar por la noches, salíamos por aquí. Siempre olía muy rico. A la izquierda vemos el edificio más grande del centro, donde trabajaba la mamá de mi amiga Rafa antes. Al lado de este edificio se encuentra un banco pequeño y otro heladería. Esta heladería, Helados de Rosaría Suárez, vende helados de paila, que es algo típico y famoso de aquí, y fue la primera heladería en la ciudad. Su helado es rico pero no mi favorito. Una cuadra más y llegamos a la puerta atrás de mi colegio. Por la segunda mitad de mi año aquí, no podríamos entrar por la puerta principal porque estaba arreglando el techo.
Para recordar dónde estaba todo eso, tuve que llamar a mi hermana. Ella también se confundió porque ahora, cuatro años después, todo está diferente y fue difícil para ella recordar exactamente donde estaba todo. Nos reíamos mucho al recordar nuestro camino a clases.

Cómo se cuenta la historia nos muestra mucho sobre el viaje

Los libros de viajes nos llevan a mundos nuevos y extraños. A través de sus páginas conocimos lugares y personas de otros siglos o de mitos. Cada libro es diferente en cómo cuenta su historia. Por eso, autores como Elton Glaser usan las palabras hidra y híbrido para describirlos. Contienen tantas partes distintas pero a la misma vez, sin fronteras para diferenciarles de una manera exacta. La ficción mezcla con la biográfica, la fantástica con los dichos históricos. Uno se pierde y se confunde cuando se trata de dar una definición fija al estilo. Lo único que todos los libros de viajes tienen en común son sus viajes. Estos viajes afectan cada aspecto del texto. En La Siberia (2007) de Cristina Siscar y Patagonia Express (1995) de Luis Sepúlveda, los tipos de viajes influyen la mentalidad, las relaciones y la estructura de cada historia.
Los tipos de viajes que toman dentro de cada texto influyen la mentalidad y las relaciones entre los personajes en cada texto. En La Siberia, el viaje trata de un grupo de turistas viejando por la Patagonia en un micro viejo. Ellos no conocen a las personas cerca y durante todo el libro ni saben los nombres de algunos de ellos. La meta de su viaje es encontrar aventuras. La Patagonia es lo más lejos de la civilización que una persona puede estar. Entonces cada personaje dejó su vida de la civilización para ser aventurero por un tiempo. La descripción de su ropa nos muestra eso, “Le seguían dos muchachos treintañeros, vestidos de exploradores…” (Siscar, p 17). Encontramos después que eses muchachos son abogados en sus vidas cotidianas. Todos ellos esperaban un buen viaje con aventuras organizadas. No estaban listos para las aventuras reales en que se encontraron. Al comienzo la mentalidad de los pasajeros fue más o menos alegre. Querían empezar su viaje y ver la mítica Patagonia. Después de estar cerrados en la casa que se llama La Siberia, sin comida por un día y medio, vemos un cambio. Todos estaban cerca de la locura. Una de las chicas francesas quería jugo de naranja y no entendía por qué no había nada, “La chica escuchaba desconcertada, como si no le estuvieran traduciendo lo que decía la nutricionista, como si todo lo que parecía rebotar en sus oídos fueran sonidos ininteligibles de un único idioma extranjero.” (Siscar, p 50) La chica no podía aceptar la idea que no había cómo encontrar ni comprar lo que quería. Al final vemos el cambio total cuando los viajeros se encontraron con los petroleros haciendo paro. Estaban tan desesperados a regresar a la civilización y sus vidas que el paro fue como un coche mental para ellos. Todos los adjetivos usados en las últimas páginas, como “pumas famélicos” (p 91), “linyeras decrépitos” (p 90) y “sin opción, sin esperanza” (p 93), muestran este sentido de desesperación. Se hace al lector sentir el peso que los personajes también se sentían en este momento. Los personajes no estaban muy conectados. Cada persona pensaba sólo en sí mismo.
En Patagonia Express, en cambio, la historia trata de un exiliado y su historia personal. Nos dio un poco de su historia, introduciendo su abuelo y las ideas socialistas en la primera parte, y cómo sufrió por estas ideas en la cárcel durante la etapa del dictador en la segunda parte. Su viaje no fue escogido por él, no quería salir de su hogar. Tenía que salir para salvar su vida y escapar a la cárcel. El ambiente cerca de él, especialmente durante esta etapa, es muy oscuro, pero la mentalidad del narrador y personaje principal nunca lo reflejaba. Se explica el por qué como, “… la vida siempre me ha resultado apasionante y digna de vivirla hasta el último suspiro…” (Sepúlveda, p 23). Quería seguir viviendo, porque en lo malo y en lo bueno la vida es un regalo que debemos agradecer. Él lleva esta mentalidad durante toda la historia. Él también estaba viajando solo, pero conoció a muchas personas e hizo muchos amigos en todos los lugares que viajó. En La Siberia, el mismo grupo estaba juntos todo el viaje y no sabían ni los nombres exactos de cada uno. En Patagonia Express, siempre mencionaba los nombres de cada persona con quien pasó tiempo. Por su mentalidad positiva, su viaje fue mucho más agradable cuando se chocó con problemas que el viaje del grupo de la otra historia.
La estructura de cada historia también refleja el tipo de viaje que están dando. En La Siberia, como expliqué antes, el viaje es un tour. Es un viaje organizado en que cada persona sabe dónde van a parar y qué van a ver antes de conocerlo. La estructura de la historia mira esta idea de organización. Está contado de una manera cronológica, narrado en la tercera persona de un narrador espectador. Entonces el autor nos puso en el mismo lugar que los otros personajes. Estábamos en la mitad de la acción, aprendiendo que iba a pasar con los personajes, no antes. La historia desarrolló igual que un tour tradicional. Tenemos una idea que vamos a ver y el orden en que va a pasar, pero a veces nos encontramos con situaciones inesperadas, como el motor roto del micro (p 25) o el puma que estaba fuera de La Siberia (p 39). Entonces dentro de la estructura de la historia, lo mismo pasa. Todo estaba contado en orden, sin saltos ni espacios, y siempre siguió adelante, pasó lo que pasó.
Una persona definido como un wanderer va a contar su historia diferente que otra persona que es definido como turista. Burton definó un wanderer como, “We come from nowhere in particular, we go nowhere in particular, carrying along all our belongings, we set up a tent or shelter of branches, and leave no trace behind on departing.” (Burton, p 73). El narrador de Patagonia Express fue un wanderer forzado. Hasta que podía regresar a su país no tenía donde ir. Fue un hombre perdido, exiliado de su hogar y familia por sus ideas políticas, buscando sus raíces. Su historia personal tenía muchos saltos y huecos por por ser un wanderer forzado. Entre cada lugar donde vivió había uno, porque tenía que comenzar de nuevo. Tenía que encontrar a nuevas personas para ayudarle y para pasear, y también tenía que encontrar nuevos trabajos. Cuando se estableció en cada lugar, su historia siguió, pero como lector, entre estas partes estábamos perdidos igual que él. Estos saltos se encuentra en la estructura también. Sepúlveda estaba narrando sus historias mirando por atrás, entonces sus recuerdos no van cronológicamente. Entre las partes y también entre capítulos, saltabamos por atrás o adelante, dependiendo lo que quería mostrarnos en este momento. Por ejemplo, en la segunda parte, todo el primer capítulo trata de su viaje a Bolivia y cómo fracasó (p 41). No sabemos cuantos años tenía ni en que año eso pasó. Lo único que sabemos es que él iba a cruzar de Argentina a Bolivia en el tren, pasó una noche en un hotel cerca de la frontera y el próximo día cuando trató de subir al tren pero la policía no le dejó. En el próximo capitulo, nos encuentra en Machala, Ecuador y el narrador es un profesor de la universidad (p 56). Había una salta en el tiempo. Hay un hueco en la historia y un hueco en la estructura temporal. No sabemos cómo llegó hasta allí y nos contó. Simplemente empezaba el capitulo allí, hablando en general de los otros exiliados pero no de si mismo.
El tipo de viaje que se quiere contar afecta mucho cómo se cuenta la historia. Vemos eso a través de la mentalidad de los viajeros, las relaciones entre ellos y la estructura de las dos historias que hemos leído. Los turistas van a ver el mundo diferente a los exiliados y perdidos simplemente porque los turistas tienen donde regresar. Su viaje tienen un fin. Entonces su historia también tiene un fin muy obvio. El viaje de los exiliados es más un viaje mental, que sigue aunque sus pies se hayan parados de moverse. Aunque están contados de maneras y desde puntos de vistas tan diferentes, ambos son considerados libros de viajes y muestran la versatilidad del género.

Bibliografía

Butor, Michel. "Travel and Writing." Defining Travel: Diverse Visions. Susan L.
Robertson (ed.), Jackson: University of Missippi, 2001: 69-85.

Casini, Silvia. “Luis Sepúlveda: Un viaje express al corazón de La Patagonia.” Alpha.
No 20, (103-120) Dic 2004: 1-15.

Glaser, Elton. "Hydra and Hybrid: Travel Writing as a Genre." North Dakota Quarterly
59.3, 1991: 48-53.

Siscar, Christina. La Siberia. Buenos Aires: Mondadori, 2007.

Sepúlveda, Luis. Patagonia Express. Fabula Tusquets Editors: Barcelona, 1995.

Fotos de mi querido país


"La Mica" (Tomado por Xavier Guevara)


Vulcán Iliniza y el lago "La Mica" (Tomado por Xavier Guevara)


Vulcán Iliniza (Tomado por Xavier Guevara)


Vulcán Cayambe, viste desde Ibarra


Lago Yahuarcocha, Norte de Ibarra


Ibarra, la ciudad blanca

Sunday, March 28, 2010

Dos vistas de Argentina: Tan parecida y diferente a la misma vez

Argentina en el siglo XIX fue un país poco conocido para la mayoría de Europa. Para algunos, este país prometió aventuras y a otros, la posibilidad de construir una nueva fuente de productos para su país nativo. Entre estos dos grupos nos encontramos con dos viajeras y escritoras que estaban viendo y describiendo esta tierra durante casi la misma época pero desde dos regiones distintas. Lina Beck-Bernard fue una Alsaciana que se mudó a Santa Fe con su esposo por su trabajo en 1857. Publicó un libro sobre su viaje, Le rio Paraná(1864) (de Bertero). Sus descripciones incluyen las casas y la sociedad de Santa Fe, la religión y el patriotismo del país. Florence Dixie fue una inglesa que quería aventura, entonces eligió ir a Patagonia con sus hermanos y esposo para ver la magnitud de la Pampa y conocer a los indígenas en el año1878. Publicó un libro también sobre su experiencia, A través de la Patagonia(1879) (Toms). Por eso, en su escritura ella describió su decisión ir a Patagonia, su encuentra con un tribu de indígenas y un incidente con un incendio de la Pampa. Ambas escribieron usando una manera muy parecida. No usaban un diario cotidiano, las entradas no tienen fechas y no hacen listas de los eventos. Sus libros son más reflexiones sobre sus viajes, por eso parecen más un historia que un diario. Aunque sus estilos de escribir fueron muy parecidos, lo que describían y observaban fue muy particulares de la región donde estaban. Ambas también mostraron unos aspectos discutidos en el libro Imperial Eyes: Travel Writing and Transculturation (1992) de Mary Louise Pratt. Algunos temas importantes que mencionó Pratt en su libro son la zona de contacto, la feminotopía y la mirada cruzada. Exploramos cómo estos temas aparecen en la escritura de ambas viajeras.
Pratt define la zona de contacto como “…the space in which peoples geographically and historically seperated come into contact with each other and establish ongoing relations…” (p 6). Se puede decir que una zona de contacto se manifiesta cuando dos grupos tienen que coexistir en el mismo espacio sin introducción ni explicación de las costumbres del otro. Hay una plétora de ejemplos descritos por las dos. Florence Dixie se encontró en una zona de contacto cuando vio a un indígena por primera vez. A través de sus descripciones mostró sus primeros pensamientos de los indígenas, “…pensamos que era un objeto poco atractivo, y por el bien de su raza tuvimos la esperanza de que no fuera representativo de ella.” y un poco después con su descripción de su idioma, “Después de examinarnos y de intercambiar con Gregorio una serie de gruñidos guturales…” (Dixie, 117). En estas primeras percepciones vemos su aprehensión a encontrarse con alguien tan diferente a ella. Se ven estas diferencias como aspectos negativos de la otra persona. Fue muy difícil para ella aceptar que alguien tan diferente podía ser un humano igual que ella. Las zonas de contacto de Lina Beck-Bernard no son tan obvias como las de Dixie. Ella no se encontró con una raza tan diferente en apariencia, sino las costumbres son lo que la sorprendieron. Un ejemplo de una zona de contacto en que vemos sus opiniones trata de las acciones de los niños, “Esto no impide que esos mismos niños atrevidos y caprichosos, al salir de sus casas, se inclinen ante el padre o la madre pidiendo la bendición; costumbre que aun siendo tan frecuente y banal no ha perdido ese sello de respeto patriarcal, ya olvidado en los hábitos de nuestras sociedades” (Beck-Bernhard, 69). Ella se dio cuenta que los niños todavía pidieron la bendición de sus padres y eso le parecía un poco raro porque en su país esta acción no fue algo cotidiano. A ella, le gustaba esta diferencia y no fue una reacción negativa. Entre las dos viajeras vemos las diferentes reacciones, una muy negativa y una muy positiva, y el efecto que sus reacciones tenía en las relaciones que desarrollaron entre los dos grupos.
El segundo tema de Pratt, la feminotopía, es un tema muy diferente que la zona de contacto: “These are episodes that present idealizad worlds of female autonomy, empowerment, and pleasure” (Pratt, 187). Se puede decir que en muchas partes, las mujeres que vinieron de sociedades donde tenían pocos derechos a lugares donde las mujeres estaban más libres, se parecían a este nuevo lugar como un tipo de paraíso. Parecía un lugar donde había más posibilidades que había poder imaginado antes. Estas dos viajeras venían de sociedades muy patriarcales entonces cuando veían las diferencias en cómo las mujeres vivían, cómo se portaban y las variedades en derechos sociales que tenían, ellas se dieron cuenta que los otros modos de vivir tenían ventajas. Beck-Bernard vivió esta experiencia en Santa Fe: “Con muy pocas excepciones, las mujeres son reinas y señoras en el interior de sus casas y ejercen su gobierno de una manera poco constitucional… es el paraíso de las mujeres, el purgatorio de los hombres, el infierno de las bestias” (Beck-Bernhard, 69). A ella le encantaba la sociedad y costumbres de Santa Fe. La mujer tenía todo el poder de su casa y para Beck-Bernard esta fue una idea hermosa. En su vida su esposo tomaba todas las decisiones. La idea que ella podía controlar una parte de su mundo fue muy impresionante y le afectó mucho. Otra vez, la experiencia de Dixie fue muy diferente a la de Beck-Bernard. Dixie no construyó una feminotopía sino se encontró con una sociedad en que la mujer era respetada pero tenía que trabajar demasiado, “Las mujeres son trabajadoras incansables… Aunque son tratadas injustamente en cuestiones de trabajo, las mujeres no pueden quejarse de ninguna manera de la devoción que les muestran los hombres” (Dixie, 119). Vemos que Dixie se dio cuenta que las mujeres de esa sociedad vivieron con ventajas y desventajas, igual que ella. El mundo de ellas no pareció un paraíso, pero por lo menos sus esposos y los hombres las trataban con el respeto que todo su trabajo merecía. Dixie no quería quedarse allí ni pensaba que fue un paraíso para las mujeres, pero no fue un encuentro negativo tampoco. Igual que en su sociedad, las mujeres tenían algo de poder en sus vidas entonces, para Dixie, no fue demasiado diferente.
El último tema es la idea que alguien puede tener una mirada cruzada. En escritura de los viajes eso significa que las viajeras escribieron con aspectos masculinos. Hombres de este época no escribieron con muchas emociones, todo estaba muy detallado y escribieron mayormente para sus negocios o para la ciencia. Entonces cuando las viajeras tenían una mirada cruzada escribieron con una mirada científica o en un forma muy detallado. En el estilo que usaban Beck-Bernard y Dixie, es muy difícil encontrar ejemplos de una mirada cruzada pero se nota un cambio en el tono de sus voces cuando describieron la gente y la ciudad. Dixie muestra una mirada diferente cuando describió el tribu, “Los tehuelches son una raza que se está acercando rápidamente a la extinción: en el presente sólo quedan unas ochocientas almas. Son nómades, y mudan su campamento de una región a otra en busca de alimento…” (Dixie, 119). Se nota que su tono falta emociones. Es como ella estaba colectando información para hacer un reporte oficial de este tribu. No incluyó sus opiniones ni pensamientos entre sus descripciones en esta parte. A Beck-Bernard le gustaba siempre incluir sus opiniones pero al comenzar cuando describió Santa Fe, lo hizo de la misma manera que Dixie, con muchos detalles pero sin emociones, “Nuestra casa es amplia y de estilo oriental como todas las residencias antiguas de este país. Aquí, además, los usos y costumbres de Andalucía, de la que Santa Fe es una colonia, todavía están en pleno vigor…” (Beck-Bernard, 63). Ella estaba describiendo la ciudad alrededor de ella. La falta de opiniones y emociones duró poco en su escritura. Ella comenzó usando este estilo porque quería establecer el lugar para el lector y para crear un base para sus pensamientos.
Como hemos explorado, las viajeras Lina Beck-Bernard y Florence Dixie tenían mucho en común. Ellas narraron experiencias sobre sus zonas de contactos y se dieron cuenta que las vidas de las mujeres en otras regiones era muy diferentes a la vida que ellas conocieron. Argentina les enseñó mucho a esas dos mujeres y a través de sus viajes les ayudó a encontrarse más a ellas mismas.

Bibliografía

Beck-Bernhard, Lina. "Line Beck-Bernard: Una alsaciana en Santa Fe." Mujeres En Viaje.
Comp. Mónica Szurmuk. Buenos Aires: Alfaguara, 2000. 59-81.

De Bertero, Gloria. "Beck-Bernard, Lina: Primera Escritora Santafesina." Información
Cultural De La Provincia De Santa Fe - República Argentina. Gobierno De Santa Fe, 10 Nov. 2008. Web. 16 Mar. 2010. .

Dixie, Florence. "Florence Dixie: Una Lady En La Patagonia." Mujeres En Viaje. Comp. Mónica Szurmuk. Buenos Aires: Alfaguara, 2000. 111-25.

Pratt, Mary Louise. “Imperial Eyes: Travel Writing and Transculture”. Routledge Publications: New York. 1992. P 1-11, 144-197.

Toms, Jan. "Lady Florence Dixie, Victorian Rebel: Poet, Sportswoman, Campaigner for
Women's and Animal Rights." Historical Biographies. 27 Nov. 2009. Web. 16 Mar. 2010. .

Saturday, March 20, 2010

Un Inglés con el corazón de la Banda Oriental

Hoy estamos hablando con un inglés aventurero muy famoso, Richard Lamb. Él contó la historia de sus aventuras en el libro The Purple Land. Comenzó su viaje en la ciudad de Montevideo en la Banda Oriente, hoy llamado Uruguay. Se hizo un gran círculo del país y se encontró con muchas personas interesantes e importantes. También durante su gran viaje su mundo y punto de vista cambiaron para siempre.

Mallory:
Usted empezó su viaje en la búsqueda de trabajo. Cuando se dio cuenta de que a Usted no le gustaba la estancia de su tía, ¿por qué no regresó en seguida a Montevideo con su esposa?

Richard: Es una muy buena pregunta. Primero, no quería tomar la misma ruta dos veces, por eso tenía que explorar más los estados cerca de Paysandú, donde está ubicado la estancia de mi tía. Segundo, me agradaba mucho la gente que conocí durante la primera parte de mi viaje y su estilo de vida, también la naturaleza siempre me atrae.

M: ¿Qué tiene la gente de esta tierra que se hace tan agradable?

R: La igualdad que existe entre las personas. Por ejemplo, en Inglaterra no se puede simplemente sentarse y charlar con cualquier persona de la calle. Siempre tienes que estar consiente de qué clase de persona es y de qué familia viene. Aquí en cambio, cuando se acerca a una estancia todos hablan, los pastores con los dueños de las estancias, los peones con los gauchos, lo que sea. No les importa qué título tienes ni la calidad de tu ropa. La gente comparte lo que tiene, aunque muchas veces no tiene mucho.

M: Usted es un extranjero en esta tierra, ¿la gente notaba que Usted no estaba de su tierra?

R: Al comienzo sí, fue muy obvio que no fui un Oriental. Después de poco pero, les sorprendí porque parezco un inglés a primera vista, pero no hablo como los otros ingleses. Muchas veces me dijeron que perezco más un oriental que un inglés.

M: ¿Qué pensó Usted sobre este cambio?

R: Ni me di cuenta que algo había cambiado en mí. Cuando me encontré con los otros ingleses cerca del pueblo Tolosa, pensaba que ellos estaban locos. No recordaba a mis compatriotas comportándose así nunca. No me gusta tampoco cómo trataban a los Orientales que vivían cerca. Siempre se portaban como que los demás no tenían la menor importancia. Pero el momento en que realmente notaba que yo mismo he cambiado fue cuando subí la montaña cerca de Montevideo por segunda vez. Desde este punto de vista, revisé todo mi viaje y pedí perdón por las maldiciones que dije antes. En este momento mi corazón aceptó que esta tierra era perfecta para mi. He encontrado mi hogar, el único lugar del mundo donde me sentía un 100% seguro de que podría ser feliz.

M: ¿Fue por eso que Usted decidió mudarse a la Banda Oriental después de ser encarcelado?

R: Creo que sí. La tierra purpúrea tiene una naturaleza y una calidad de gente muy rara. No existe en Inglaterra y tampoco en Argentina es exactamente igual. Entonces quería regresar donde pasé los momentos más felices de mi vida para alejarme para siempre del infierno en que tenía que vivir por tres años en Argentina.

M: ¿Si Usted pudiera cambiar algo en su viaje, qué cambiaría?

R: De todo, lo bueno y lo malo, no cambiaría nada. Todas las partes de mi viaje valieron la pena, incluyendo cuando me sentía incómodo o con gente fea. En cada momento estaba conociendo a personas inolvidables o viendo paisajes tan hermosos que me dejaron sin aliento. Tampoco quiero olvidar las batallas porque muestran para mi el alma de esta nación. Siempre le dan golpes a la gente, pero no viven en la miseria. Viven con la esperanza de que mañana es otro día.

Tuesday, February 2, 2010

Un nuevo semestre....

Mi mejor amiga de Ecuador me envió este mensaje como un Forward, pero me encanta! Es un buen pensamiento para comenzar mi curso de travel writing!

Ella me envió:


Que viva el Ecuador Carajo!!! como un recordatorio..........

SABES POR QUÉ EL ECUADOR ES TAN BACÁN??

Por el mote, el choclo, chugchucaras, fritadas, yaguarlocro, caldo de bagre que te ponen más efectivo que el viagra.

Por nuestro Himno Nacional considerado el 2do. mejor del mundo detrás de La Marsellesa-Francia, sin previo concurso de himnos nacionales.

Por los paseos en tren, ferrocarriles, pasando por cantones y provincias trepado como mono en el techo mirando nuestro hermoso paisaje.

Por las reuniones con tus panas acompañado de las rondas de cachos con el infaltable Canelazo, Pajaro Azul, 7 Pingas, Puntas, Tarántula, Sánduche, Huevapegada, Huayusa, Coco Loco,Trópico,El Terdón Mireño jaja y Zhumir, o simplemente una Turbobiela...

Por terminar los examenes del colegio e irse a chupar con los compañeros al parque o a los billares...

Por esas salidas despues de la U con los panas para ir a "beber que se hace"

Por la carne en palito y la cola en funda,

Porque somos los unicos que durante dos o tres dias del año somos capaces de acostumbrar a nuestro querido organismo a una "sopa" como con 50 tipos de frejoles leche, mani, pescado salado, decorarla con huevo duro y rematar con una cola.... para luego andar como si hubieramos tomado una sopita de pollo!!

Por las 4 mentiras eternas creadas aquí en el Ecuador:
- 'La última y nos vamos.'
- 'La plena que mañana te pago.'
- 'Eres la única (o) mi amor.'
- 'Si es mi prima (o)'

Por lo increible que hemos hecho:
- Tumbar a 3 presidentes
- Por el 'SI SE PUEDE'!!!! que unió a todo un país, costeños, serranos, mestizos, negros, cholos, mulatos, indios.........

Por el shimon, el aguantash, que fue vee,de unaf, habla maricon, dejate de huevadas, que mas infeliz, y por todash eshas movidashh,

Por el finalin que al chuchaqui le pone fin,
Por las viudas lloronas y la quema de años viejos,
Por nuestro país multiétnico y diversidad de idiomas que tenemos.

Por que en un solo día puedes visitar las playas mas hermosas, subirnos a un volcán y pasar la noche en la hermosa amazonía...

Porque los ecuatorianos somos especiales, porque como dijo un científico alemán, enamorado del Ecuador. Alexander Von Humboldt:

'LOS ECUATORIANOS SON SERES RAROS Y UNICOS: DUERMEN TRANQUILOS EN MEDIO DE CRUJIENTES VOLCANES, VIVEN POBRES EN MEDIO DE INCOMPARABLES RIQUEZAS Y SE ALEGRAN CON MUSICA TRISTE...'.

Estamos aquí para dar a conocer la calidad de gente que existe en Ecuador, gente humilde con espíritu de lucha y superación...........somos un país pequeño pero con gente de gran corazón.

Si eres muy ecuatoriano, envía este e-mail a todos aquellos que sientan calor por nuestra patria y tanto aquí como en la distancia se sienten bien ecuatorianos, y añade más razones por las que nos sentimos orgullosos de tener chispa ecuatoriana............faltó también que somos generosos, risueños y buenos compadres.

Ah!....también a tus amigos extranjeros que estén o hayan pasado por el Ecuador, a ver si les coge la nostalgia y nos vuelven a visitar.

Esperamos que con este mensaje todos los Ecuatorianos sepan apreciar nuestra hermosa tierra.