Tuesday, April 27, 2010

Cómo se cuenta la historia nos muestra mucho sobre el viaje

Los libros de viajes nos llevan a mundos nuevos y extraños. A través de sus páginas conocimos lugares y personas de otros siglos o de mitos. Cada libro es diferente en cómo cuenta su historia. Por eso, autores como Elton Glaser usan las palabras hidra y híbrido para describirlos. Contienen tantas partes distintas pero a la misma vez, sin fronteras para diferenciarles de una manera exacta. La ficción mezcla con la biográfica, la fantástica con los dichos históricos. Uno se pierde y se confunde cuando se trata de dar una definición fija al estilo. Lo único que todos los libros de viajes tienen en común son sus viajes. Estos viajes afectan cada aspecto del texto. En La Siberia (2007) de Cristina Siscar y Patagonia Express (1995) de Luis Sepúlveda, los tipos de viajes influyen la mentalidad, las relaciones y la estructura de cada historia.
Los tipos de viajes que toman dentro de cada texto influyen la mentalidad y las relaciones entre los personajes en cada texto. En La Siberia, el viaje trata de un grupo de turistas viejando por la Patagonia en un micro viejo. Ellos no conocen a las personas cerca y durante todo el libro ni saben los nombres de algunos de ellos. La meta de su viaje es encontrar aventuras. La Patagonia es lo más lejos de la civilización que una persona puede estar. Entonces cada personaje dejó su vida de la civilización para ser aventurero por un tiempo. La descripción de su ropa nos muestra eso, “Le seguían dos muchachos treintañeros, vestidos de exploradores…” (Siscar, p 17). Encontramos después que eses muchachos son abogados en sus vidas cotidianas. Todos ellos esperaban un buen viaje con aventuras organizadas. No estaban listos para las aventuras reales en que se encontraron. Al comienzo la mentalidad de los pasajeros fue más o menos alegre. Querían empezar su viaje y ver la mítica Patagonia. Después de estar cerrados en la casa que se llama La Siberia, sin comida por un día y medio, vemos un cambio. Todos estaban cerca de la locura. Una de las chicas francesas quería jugo de naranja y no entendía por qué no había nada, “La chica escuchaba desconcertada, como si no le estuvieran traduciendo lo que decía la nutricionista, como si todo lo que parecía rebotar en sus oídos fueran sonidos ininteligibles de un único idioma extranjero.” (Siscar, p 50) La chica no podía aceptar la idea que no había cómo encontrar ni comprar lo que quería. Al final vemos el cambio total cuando los viajeros se encontraron con los petroleros haciendo paro. Estaban tan desesperados a regresar a la civilización y sus vidas que el paro fue como un coche mental para ellos. Todos los adjetivos usados en las últimas páginas, como “pumas famélicos” (p 91), “linyeras decrépitos” (p 90) y “sin opción, sin esperanza” (p 93), muestran este sentido de desesperación. Se hace al lector sentir el peso que los personajes también se sentían en este momento. Los personajes no estaban muy conectados. Cada persona pensaba sólo en sí mismo.
En Patagonia Express, en cambio, la historia trata de un exiliado y su historia personal. Nos dio un poco de su historia, introduciendo su abuelo y las ideas socialistas en la primera parte, y cómo sufrió por estas ideas en la cárcel durante la etapa del dictador en la segunda parte. Su viaje no fue escogido por él, no quería salir de su hogar. Tenía que salir para salvar su vida y escapar a la cárcel. El ambiente cerca de él, especialmente durante esta etapa, es muy oscuro, pero la mentalidad del narrador y personaje principal nunca lo reflejaba. Se explica el por qué como, “… la vida siempre me ha resultado apasionante y digna de vivirla hasta el último suspiro…” (Sepúlveda, p 23). Quería seguir viviendo, porque en lo malo y en lo bueno la vida es un regalo que debemos agradecer. Él lleva esta mentalidad durante toda la historia. Él también estaba viajando solo, pero conoció a muchas personas e hizo muchos amigos en todos los lugares que viajó. En La Siberia, el mismo grupo estaba juntos todo el viaje y no sabían ni los nombres exactos de cada uno. En Patagonia Express, siempre mencionaba los nombres de cada persona con quien pasó tiempo. Por su mentalidad positiva, su viaje fue mucho más agradable cuando se chocó con problemas que el viaje del grupo de la otra historia.
La estructura de cada historia también refleja el tipo de viaje que están dando. En La Siberia, como expliqué antes, el viaje es un tour. Es un viaje organizado en que cada persona sabe dónde van a parar y qué van a ver antes de conocerlo. La estructura de la historia mira esta idea de organización. Está contado de una manera cronológica, narrado en la tercera persona de un narrador espectador. Entonces el autor nos puso en el mismo lugar que los otros personajes. Estábamos en la mitad de la acción, aprendiendo que iba a pasar con los personajes, no antes. La historia desarrolló igual que un tour tradicional. Tenemos una idea que vamos a ver y el orden en que va a pasar, pero a veces nos encontramos con situaciones inesperadas, como el motor roto del micro (p 25) o el puma que estaba fuera de La Siberia (p 39). Entonces dentro de la estructura de la historia, lo mismo pasa. Todo estaba contado en orden, sin saltos ni espacios, y siempre siguió adelante, pasó lo que pasó.
Una persona definido como un wanderer va a contar su historia diferente que otra persona que es definido como turista. Burton definó un wanderer como, “We come from nowhere in particular, we go nowhere in particular, carrying along all our belongings, we set up a tent or shelter of branches, and leave no trace behind on departing.” (Burton, p 73). El narrador de Patagonia Express fue un wanderer forzado. Hasta que podía regresar a su país no tenía donde ir. Fue un hombre perdido, exiliado de su hogar y familia por sus ideas políticas, buscando sus raíces. Su historia personal tenía muchos saltos y huecos por por ser un wanderer forzado. Entre cada lugar donde vivió había uno, porque tenía que comenzar de nuevo. Tenía que encontrar a nuevas personas para ayudarle y para pasear, y también tenía que encontrar nuevos trabajos. Cuando se estableció en cada lugar, su historia siguió, pero como lector, entre estas partes estábamos perdidos igual que él. Estos saltos se encuentra en la estructura también. Sepúlveda estaba narrando sus historias mirando por atrás, entonces sus recuerdos no van cronológicamente. Entre las partes y también entre capítulos, saltabamos por atrás o adelante, dependiendo lo que quería mostrarnos en este momento. Por ejemplo, en la segunda parte, todo el primer capítulo trata de su viaje a Bolivia y cómo fracasó (p 41). No sabemos cuantos años tenía ni en que año eso pasó. Lo único que sabemos es que él iba a cruzar de Argentina a Bolivia en el tren, pasó una noche en un hotel cerca de la frontera y el próximo día cuando trató de subir al tren pero la policía no le dejó. En el próximo capitulo, nos encuentra en Machala, Ecuador y el narrador es un profesor de la universidad (p 56). Había una salta en el tiempo. Hay un hueco en la historia y un hueco en la estructura temporal. No sabemos cómo llegó hasta allí y nos contó. Simplemente empezaba el capitulo allí, hablando en general de los otros exiliados pero no de si mismo.
El tipo de viaje que se quiere contar afecta mucho cómo se cuenta la historia. Vemos eso a través de la mentalidad de los viajeros, las relaciones entre ellos y la estructura de las dos historias que hemos leído. Los turistas van a ver el mundo diferente a los exiliados y perdidos simplemente porque los turistas tienen donde regresar. Su viaje tienen un fin. Entonces su historia también tiene un fin muy obvio. El viaje de los exiliados es más un viaje mental, que sigue aunque sus pies se hayan parados de moverse. Aunque están contados de maneras y desde puntos de vistas tan diferentes, ambos son considerados libros de viajes y muestran la versatilidad del género.

Bibliografía

Butor, Michel. "Travel and Writing." Defining Travel: Diverse Visions. Susan L.
Robertson (ed.), Jackson: University of Missippi, 2001: 69-85.

Casini, Silvia. “Luis Sepúlveda: Un viaje express al corazón de La Patagonia.” Alpha.
No 20, (103-120) Dic 2004: 1-15.

Glaser, Elton. "Hydra and Hybrid: Travel Writing as a Genre." North Dakota Quarterly
59.3, 1991: 48-53.

Siscar, Christina. La Siberia. Buenos Aires: Mondadori, 2007.

Sepúlveda, Luis. Patagonia Express. Fabula Tusquets Editors: Barcelona, 1995.

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