Tuesday, April 27, 2010

Sute: Donde el amarillo del suelo conoce el azul del cielo


Así se llama mi lugar feliz. La casita tiene un techo rojo hecho de cerámica con huequitos donde entra la lluvia. Las rocas de las paredes no están perfectas. Todas son de un plomo oscuro por el viento que siempre viene desde las montañas. Nadie vive aquí en esta casita. El papá de mi amado la usa para guardar su cosecha de trigo. El trigo. El trigo es mi favorito, brilla con un amarillo más fuerte que el sol. Amarillo me parece una palabra equivocada porque es un color que vale más que una simple palabra como amarillo. La mejor palabra sería oro. El trigo es el color de oro. Las lomas de oro se mezclan con café en la distancia, cuando se acercan a las montañas. Las montañas parecen paredes moradas que protegen el campo. Pero son paredes tan altas que sólo se deja entrar el azul del cielo. El cielo es un azul imposible. Un cielo no puede estar tan vivo como cuando sale con este color tan fuerte. Es el mismo color que el mar tiene en el Caribe, cuando la arena de las playas es blanca y la luz del sol puede llegar hasta su fundo.
En este momento que capturé en mi dibujo, el trigo está burlándose del cielo. Entonces el cielo envía un viento para hacer bailar al trigo. El trigo se sorprende mucho de esta acción tan amable y comienza a saltar con felicidad. Después de poco pide perdón al cielo. El cielo se ríe porque sabe que la tierra aún es muy joven y todavía no ha aprendido todo lo que el cielo ya sabe. Por eso es muy fácil perdonar al trigo. El cielo ya conoce este día y ya sabe lo que va a pasar. No quiere que el trigo se ponga mal porque en pocos días se van de viaje en camionetas y no regresarán. El cielo ya me conoce también. Él sabe como hacerme sonreír. Me regaló ese día tan perfecto para ayudarme a olvidar que en pocos días yo también tengo que irme lejos pero que puedo irme con esta imagen. Encontré mi lugar feliz. Es un lugar real que no puedo olvidar nunca.

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