Sunday, March 28, 2010

Dos vistas de Argentina: Tan parecida y diferente a la misma vez

Argentina en el siglo XIX fue un país poco conocido para la mayoría de Europa. Para algunos, este país prometió aventuras y a otros, la posibilidad de construir una nueva fuente de productos para su país nativo. Entre estos dos grupos nos encontramos con dos viajeras y escritoras que estaban viendo y describiendo esta tierra durante casi la misma época pero desde dos regiones distintas. Lina Beck-Bernard fue una Alsaciana que se mudó a Santa Fe con su esposo por su trabajo en 1857. Publicó un libro sobre su viaje, Le rio Paraná(1864) (de Bertero). Sus descripciones incluyen las casas y la sociedad de Santa Fe, la religión y el patriotismo del país. Florence Dixie fue una inglesa que quería aventura, entonces eligió ir a Patagonia con sus hermanos y esposo para ver la magnitud de la Pampa y conocer a los indígenas en el año1878. Publicó un libro también sobre su experiencia, A través de la Patagonia(1879) (Toms). Por eso, en su escritura ella describió su decisión ir a Patagonia, su encuentra con un tribu de indígenas y un incidente con un incendio de la Pampa. Ambas escribieron usando una manera muy parecida. No usaban un diario cotidiano, las entradas no tienen fechas y no hacen listas de los eventos. Sus libros son más reflexiones sobre sus viajes, por eso parecen más un historia que un diario. Aunque sus estilos de escribir fueron muy parecidos, lo que describían y observaban fue muy particulares de la región donde estaban. Ambas también mostraron unos aspectos discutidos en el libro Imperial Eyes: Travel Writing and Transculturation (1992) de Mary Louise Pratt. Algunos temas importantes que mencionó Pratt en su libro son la zona de contacto, la feminotopía y la mirada cruzada. Exploramos cómo estos temas aparecen en la escritura de ambas viajeras.
Pratt define la zona de contacto como “…the space in which peoples geographically and historically seperated come into contact with each other and establish ongoing relations…” (p 6). Se puede decir que una zona de contacto se manifiesta cuando dos grupos tienen que coexistir en el mismo espacio sin introducción ni explicación de las costumbres del otro. Hay una plétora de ejemplos descritos por las dos. Florence Dixie se encontró en una zona de contacto cuando vio a un indígena por primera vez. A través de sus descripciones mostró sus primeros pensamientos de los indígenas, “…pensamos que era un objeto poco atractivo, y por el bien de su raza tuvimos la esperanza de que no fuera representativo de ella.” y un poco después con su descripción de su idioma, “Después de examinarnos y de intercambiar con Gregorio una serie de gruñidos guturales…” (Dixie, 117). En estas primeras percepciones vemos su aprehensión a encontrarse con alguien tan diferente a ella. Se ven estas diferencias como aspectos negativos de la otra persona. Fue muy difícil para ella aceptar que alguien tan diferente podía ser un humano igual que ella. Las zonas de contacto de Lina Beck-Bernard no son tan obvias como las de Dixie. Ella no se encontró con una raza tan diferente en apariencia, sino las costumbres son lo que la sorprendieron. Un ejemplo de una zona de contacto en que vemos sus opiniones trata de las acciones de los niños, “Esto no impide que esos mismos niños atrevidos y caprichosos, al salir de sus casas, se inclinen ante el padre o la madre pidiendo la bendición; costumbre que aun siendo tan frecuente y banal no ha perdido ese sello de respeto patriarcal, ya olvidado en los hábitos de nuestras sociedades” (Beck-Bernhard, 69). Ella se dio cuenta que los niños todavía pidieron la bendición de sus padres y eso le parecía un poco raro porque en su país esta acción no fue algo cotidiano. A ella, le gustaba esta diferencia y no fue una reacción negativa. Entre las dos viajeras vemos las diferentes reacciones, una muy negativa y una muy positiva, y el efecto que sus reacciones tenía en las relaciones que desarrollaron entre los dos grupos.
El segundo tema de Pratt, la feminotopía, es un tema muy diferente que la zona de contacto: “These are episodes that present idealizad worlds of female autonomy, empowerment, and pleasure” (Pratt, 187). Se puede decir que en muchas partes, las mujeres que vinieron de sociedades donde tenían pocos derechos a lugares donde las mujeres estaban más libres, se parecían a este nuevo lugar como un tipo de paraíso. Parecía un lugar donde había más posibilidades que había poder imaginado antes. Estas dos viajeras venían de sociedades muy patriarcales entonces cuando veían las diferencias en cómo las mujeres vivían, cómo se portaban y las variedades en derechos sociales que tenían, ellas se dieron cuenta que los otros modos de vivir tenían ventajas. Beck-Bernard vivió esta experiencia en Santa Fe: “Con muy pocas excepciones, las mujeres son reinas y señoras en el interior de sus casas y ejercen su gobierno de una manera poco constitucional… es el paraíso de las mujeres, el purgatorio de los hombres, el infierno de las bestias” (Beck-Bernhard, 69). A ella le encantaba la sociedad y costumbres de Santa Fe. La mujer tenía todo el poder de su casa y para Beck-Bernard esta fue una idea hermosa. En su vida su esposo tomaba todas las decisiones. La idea que ella podía controlar una parte de su mundo fue muy impresionante y le afectó mucho. Otra vez, la experiencia de Dixie fue muy diferente a la de Beck-Bernard. Dixie no construyó una feminotopía sino se encontró con una sociedad en que la mujer era respetada pero tenía que trabajar demasiado, “Las mujeres son trabajadoras incansables… Aunque son tratadas injustamente en cuestiones de trabajo, las mujeres no pueden quejarse de ninguna manera de la devoción que les muestran los hombres” (Dixie, 119). Vemos que Dixie se dio cuenta que las mujeres de esa sociedad vivieron con ventajas y desventajas, igual que ella. El mundo de ellas no pareció un paraíso, pero por lo menos sus esposos y los hombres las trataban con el respeto que todo su trabajo merecía. Dixie no quería quedarse allí ni pensaba que fue un paraíso para las mujeres, pero no fue un encuentro negativo tampoco. Igual que en su sociedad, las mujeres tenían algo de poder en sus vidas entonces, para Dixie, no fue demasiado diferente.
El último tema es la idea que alguien puede tener una mirada cruzada. En escritura de los viajes eso significa que las viajeras escribieron con aspectos masculinos. Hombres de este época no escribieron con muchas emociones, todo estaba muy detallado y escribieron mayormente para sus negocios o para la ciencia. Entonces cuando las viajeras tenían una mirada cruzada escribieron con una mirada científica o en un forma muy detallado. En el estilo que usaban Beck-Bernard y Dixie, es muy difícil encontrar ejemplos de una mirada cruzada pero se nota un cambio en el tono de sus voces cuando describieron la gente y la ciudad. Dixie muestra una mirada diferente cuando describió el tribu, “Los tehuelches son una raza que se está acercando rápidamente a la extinción: en el presente sólo quedan unas ochocientas almas. Son nómades, y mudan su campamento de una región a otra en busca de alimento…” (Dixie, 119). Se nota que su tono falta emociones. Es como ella estaba colectando información para hacer un reporte oficial de este tribu. No incluyó sus opiniones ni pensamientos entre sus descripciones en esta parte. A Beck-Bernard le gustaba siempre incluir sus opiniones pero al comenzar cuando describió Santa Fe, lo hizo de la misma manera que Dixie, con muchos detalles pero sin emociones, “Nuestra casa es amplia y de estilo oriental como todas las residencias antiguas de este país. Aquí, además, los usos y costumbres de Andalucía, de la que Santa Fe es una colonia, todavía están en pleno vigor…” (Beck-Bernard, 63). Ella estaba describiendo la ciudad alrededor de ella. La falta de opiniones y emociones duró poco en su escritura. Ella comenzó usando este estilo porque quería establecer el lugar para el lector y para crear un base para sus pensamientos.
Como hemos explorado, las viajeras Lina Beck-Bernard y Florence Dixie tenían mucho en común. Ellas narraron experiencias sobre sus zonas de contactos y se dieron cuenta que las vidas de las mujeres en otras regiones era muy diferentes a la vida que ellas conocieron. Argentina les enseñó mucho a esas dos mujeres y a través de sus viajes les ayudó a encontrarse más a ellas mismas.

Bibliografía

Beck-Bernhard, Lina. "Line Beck-Bernard: Una alsaciana en Santa Fe." Mujeres En Viaje.
Comp. Mónica Szurmuk. Buenos Aires: Alfaguara, 2000. 59-81.

De Bertero, Gloria. "Beck-Bernard, Lina: Primera Escritora Santafesina." Información
Cultural De La Provincia De Santa Fe - República Argentina. Gobierno De Santa Fe, 10 Nov. 2008. Web. 16 Mar. 2010. .

Dixie, Florence. "Florence Dixie: Una Lady En La Patagonia." Mujeres En Viaje. Comp. Mónica Szurmuk. Buenos Aires: Alfaguara, 2000. 111-25.

Pratt, Mary Louise. “Imperial Eyes: Travel Writing and Transculture”. Routledge Publications: New York. 1992. P 1-11, 144-197.

Toms, Jan. "Lady Florence Dixie, Victorian Rebel: Poet, Sportswoman, Campaigner for
Women's and Animal Rights." Historical Biographies. 27 Nov. 2009. Web. 16 Mar. 2010. .

Saturday, March 20, 2010

Un Inglés con el corazón de la Banda Oriental

Hoy estamos hablando con un inglés aventurero muy famoso, Richard Lamb. Él contó la historia de sus aventuras en el libro The Purple Land. Comenzó su viaje en la ciudad de Montevideo en la Banda Oriente, hoy llamado Uruguay. Se hizo un gran círculo del país y se encontró con muchas personas interesantes e importantes. También durante su gran viaje su mundo y punto de vista cambiaron para siempre.

Mallory:
Usted empezó su viaje en la búsqueda de trabajo. Cuando se dio cuenta de que a Usted no le gustaba la estancia de su tía, ¿por qué no regresó en seguida a Montevideo con su esposa?

Richard: Es una muy buena pregunta. Primero, no quería tomar la misma ruta dos veces, por eso tenía que explorar más los estados cerca de Paysandú, donde está ubicado la estancia de mi tía. Segundo, me agradaba mucho la gente que conocí durante la primera parte de mi viaje y su estilo de vida, también la naturaleza siempre me atrae.

M: ¿Qué tiene la gente de esta tierra que se hace tan agradable?

R: La igualdad que existe entre las personas. Por ejemplo, en Inglaterra no se puede simplemente sentarse y charlar con cualquier persona de la calle. Siempre tienes que estar consiente de qué clase de persona es y de qué familia viene. Aquí en cambio, cuando se acerca a una estancia todos hablan, los pastores con los dueños de las estancias, los peones con los gauchos, lo que sea. No les importa qué título tienes ni la calidad de tu ropa. La gente comparte lo que tiene, aunque muchas veces no tiene mucho.

M: Usted es un extranjero en esta tierra, ¿la gente notaba que Usted no estaba de su tierra?

R: Al comienzo sí, fue muy obvio que no fui un Oriental. Después de poco pero, les sorprendí porque parezco un inglés a primera vista, pero no hablo como los otros ingleses. Muchas veces me dijeron que perezco más un oriental que un inglés.

M: ¿Qué pensó Usted sobre este cambio?

R: Ni me di cuenta que algo había cambiado en mí. Cuando me encontré con los otros ingleses cerca del pueblo Tolosa, pensaba que ellos estaban locos. No recordaba a mis compatriotas comportándose así nunca. No me gusta tampoco cómo trataban a los Orientales que vivían cerca. Siempre se portaban como que los demás no tenían la menor importancia. Pero el momento en que realmente notaba que yo mismo he cambiado fue cuando subí la montaña cerca de Montevideo por segunda vez. Desde este punto de vista, revisé todo mi viaje y pedí perdón por las maldiciones que dije antes. En este momento mi corazón aceptó que esta tierra era perfecta para mi. He encontrado mi hogar, el único lugar del mundo donde me sentía un 100% seguro de que podría ser feliz.

M: ¿Fue por eso que Usted decidió mudarse a la Banda Oriental después de ser encarcelado?

R: Creo que sí. La tierra purpúrea tiene una naturaleza y una calidad de gente muy rara. No existe en Inglaterra y tampoco en Argentina es exactamente igual. Entonces quería regresar donde pasé los momentos más felices de mi vida para alejarme para siempre del infierno en que tenía que vivir por tres años en Argentina.

M: ¿Si Usted pudiera cambiar algo en su viaje, qué cambiaría?

R: De todo, lo bueno y lo malo, no cambiaría nada. Todas las partes de mi viaje valieron la pena, incluyendo cuando me sentía incómodo o con gente fea. En cada momento estaba conociendo a personas inolvidables o viendo paisajes tan hermosos que me dejaron sin aliento. Tampoco quiero olvidar las batallas porque muestran para mi el alma de esta nación. Siempre le dan golpes a la gente, pero no viven en la miseria. Viven con la esperanza de que mañana es otro día.